LA RAZÓN – Lima, 28 de mayo de 2025
REELECCIÓN EN REGIONES Y MUNICIPIOS
Por Antero Flores-Araoz
Durante mucho tiempo los gobiernos municipales, entendiéndose por ello a alcaldes y regidores, estos últimos también denominados “concejales”, eran nombrados por los gobiernos nacionales, pero principalmente por los que no provenían de la voluntad popular, esto es sin procesos electorales. Eran, resumiendo, digitados hasta que se democratizó a los gobiernos ediles con elecciones periódicas, en que incluso había reelección municipal.
En los gobiernos regionales ha existido algo similar con los Consejos Transitorios de Administración Regional (CTAR), nombrados por los gobiernos de turno, hasta que por mandato de la Ley de Regionalización, se instauraron elecciones para los Gobernadores Regionales y sus Consejeros, habiéndose denominado a los primeros, pomposa e innecesariamente “presidentes regionales”, quienes incluso, carnavalescamente, se ponían bandas presidenciales más anchas y largas de quien ejercía la Presidencia de la República y se hacían “brindar honores”. Podía existir reelección de aquellas autoridades, pero posteriormente, hace una década, por norma legal de modificación parcial de nuestra Constitución, se dispuso la no reelección regional inmediata.
En lo que se refiere a las autoridades municipales y regionales, es conveniente la reelección, no solo porque su período es corto, solo tiene cuatro años, en que el primero la autoridad está conociendo y se va asentando en el cargo, para en el segundo y tercer año hacer alguna obra, pero en el cuarto año, con proceso electoral en curso, en la práctica no les hace caso ni el portero del “palacio” municipal, grandiosa y exagerada denominación de la sede provincial o distrital Lo mismo sucede en los gobiernos regionales.
Quienes se oponen a la reelección regional y municipal inmediata dicen que hay que salvar a los ciudadanos de los malos gobernantes que han tenido, evitando que cometan el error de reelegirlos. Empero, olvidan que también hay algunos pocos aceptables gobernadores y consejeros regionales, así como excelentes alcaldes y regidores y no habría motivo valedero para que estuviésemos los ciudadanos impedidos de reelegirlos.
El Parlamento carece de derecho de tratar a los ciudadanos como minusválidos mentales, imponiéndoles prácticamente una “curatela electoral”, al determinar por quienes no puedes votar. Si el ciudadano la acierta y elige bien, pues qué bueno, pero si elige mal, esperemos que escarmiente y no cometa el mismo error.
Nos parece además grotesco, siendo generosos, que los parlamentarios se permitan ser reelegidos, pero que no permitan la reelección regional y municipal. Algo así como “lo ancho para nosotros y lo angosto para ellos”. ¡No se pasen!
Lo que se tiene que hacer, lejos de “tutelar” a la ciudadanía, es “sacar al fresco” a los malos gobernadores y alcaldes y a sus respectivas asambleas, para que la ciudadanía pueda decidir con conocimiento y objetividad, pero no para impedir que ejerzan sus derechos democráticos.
La prensa puede ayudar muchísimo a conocer a las autoridades regionales y municipales y, una herramienta eficiente para ello han sido las “juntas vecinales” ante las cuales las autoridades rinden cuentas y los ciudadanos y demás vecinos manifiestan sus demandas, pero también sus observaciones y críticas. Lo que no se debe hacer es votar a ciegas, ya que hoy por hoy, hay apropiada información mediática.